Hoy escribí como condenado, no sé si alguien lo habrá notado, es que solo esa locura me permite mantener la cordura, en un mundo donde se desayunan malas noticias, los comerciantes nos invitan a vivir desubicados, quemando etapas de la vida que no volverán. Es que escribir para mí, no es mi hobby, ni mi profesión, es mi pasión.
Consiente estoy de la finites de mi existencia… Así como de de las limitaciones de mi experiencia, del tiempo que me toca vivir. No poseo patrimonio que heredar, ni una posición que delegar, mí huella en este mundo se tendrá que conformar con ser recuerdo que el polvo del tiempo cubrirá, pero aun así quiero darle alas a mis pensamientos…
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