Consiente estoy de la finites de mi existencia… Así como de de las limitaciones de mi experiencia, del tiempo que me toca vivir. No poseo patrimonio que heredar, ni una posición que delegar, mí huella en este mundo se tendrá que conformar con ser recuerdo que el polvo del tiempo cubrirá, pero aun así quiero darle alas a mis pensamientos…
Yo no solo la quiero,
la amo a morir,
porque sin ella no
podría vivir,
sería mejor morir.
La amo a morir,
porque ella conoce todos
mis secretos, que yo no
oculto, pero son parte de
mi misterio.
La amo a morir,
porque ella es mi inspiración,
la que me ha susurrado
más de una canción
y la que mantiene latiendo
mi corazón...
La quiero a morir,
la amo porque en ella
vivo y quiero vivir,
gracias a la vida,
por la vida.
Tengo un batallón de ángeles diminutos en mi interior, prestos para dar batalla, no duermen, ni toman vacaciones, porque cuidan de mi persona, mejor de lo que lo hago yo.
Han pasado algunos años, desde que escribí “Ya no hay tiempo pa más” algunos de mis amigos lo leyeron y en su momento conversamos sobre su contenido y exclamamos: en realidad ya no hay tiempo para más...
Hablamos de vivir con intensidad, de aprovechar el tiempo y de dejar de postergar la felicidad. Hablamos del sentido de la vida, que no está en el futuro, pues tiene sus bases en el pasado, pues viendo en perspectiva es lo que nos tiene donde estamos para bien o para mal.
Algunos de ellos, hoy ya no están, partieron a la eternidad, lo cual ha impactado mi vida tremendamente y me hace confrontar, mi propia finites. De la cual siempre he estado consciente, pero no es lo mismo verla frente a frente.
Hoy más que nunca, se que ya no hay tiempo para más, que ya no tengo tiempo que perder, porque Dios en su infinito amor, me está dando el tiempo para seguir realizando mi propósito en la vida, pero no me dará una extensión de tiempo, cuando llegue el momento.
Por eso cuando hablo de vivir intensamente, no me refiero a vivir desordenadamente o de forma libertina, sino de vivir sin postergar, sin esperar, sino saliendo al encuentro.
Oxwell L’bu copyrights 2021
#vivirintensamente
A veces es triste ver nevar, hasta el alma se empieza a congelar y se enciende un crisol de nostalgias, en el corazón.
Si, a veces es triste ver caer la nieve, pues la nieve no es como la lluvia, que trae su suave melodía, no, la nieve trae ese gélido viento, que quema hasta el alma.
Si, a veces es triste ver nevar, cuando esta cae sobre el hielo, que ayer era nieve, pues la nieve no es como la lluvia, que crea charcos por donde corren barcos de papel. Y más cuando esta se acumula y crea montañas de hielo, que dominan el paisaje.
Si, a veces es deprimente ver nevar, pues es ausente ese verdor tan lleno de vida y las flores son ausentes.
Oxwell L’bu copyrights 2021
#invierno
En este mundo de obsolescencias prematuras, en que con premura se dice adiós; en que lo instantáneo prevalece, frente a lo que requiere dedicación y corazón...
Yo soy de esos, que vuelcan todo el corazón, que se parten en pedazos para dar todo su amor y sin embargo, no he de negar que siempre hay un dejo de egoísmo pero nunca de cinismo frente al amor; pero aún no amo como tú me amas a mi, por eso tengo mucho que aprender de ti Señor.
Si, yo soy de esos que salen con el corazón en mil pedazos, con el traje roto y arrugado, con ganas de no volverse a ilusionar, pero aquello sólo dura un momento. Porque soy de esos que cree en la fuerza del amor, en la infranqueable fortaleza que esté le da al alma, cuando en verdad se ama, porque el amor va más allá de lo qué pasa en la cama o en esa ilusión escurridiza que llaman enamoramiento y solo dura un momento.
Yo soy de esos, que regalan una flor, que tienen detalles sencillos pero significativos; de esos que no ven el amor como una inversión o de los que la pasión les nubla la razón... Si yo soy de esos quizás en vías de extinción.
Pero no soy el único, porqué he sido testigo presencial del amor, lo he visto caminar por las calles tomado de la mano, lo he contemplado en la fe frente aún altar al ver a un niño rezando; lo he palpado en la mano no solo que socorre sino ofrece has lo que le hace falta.
Yo soy de esos, que tildan de locos, de ilusos y que van como intrusos en un mundo, donde a veces al parecer no encajan; si yo soy de esos, que sueñan con los ojos abiertos, que escriben versos al caer la tarde y que se desvelan en una oración de eterna gratitud, yo soy de esos...
Oxwell L’bu copyrights 2020
#Oxwell
