"Economia del Desastre"

Economía del Desastre

Según el diccionario de lengua española Larousse “economía se define como el conjunto de actividades de una colectividad humana en lo que respecta a la producción y consumo de las riquezas” se que existen definiciones más elaboradas pero para simplificar el tema tomaremos esta como punto de partida.
En mi tierra existe un dicho que reza “En lo que unos en la pena otros en la pepena” o simple mente en los que unos pasan penas otros se aprovechan… Y creo que este hecho aun que cada vez más refinado y sofisticado es lo que actualmente vemos en el sistema económico mundial. Pues cada vez que surge una crisis las grandes mayorías se perjudican mas siempre hay una pequeña minoría que se beneficia.
Vemos coma cada día nuestra madre tierra se degrada, como el aire se contamina, cada vez las fuentes para el abastecimiento del agua son más escasas, lo que ayer eran hermosos lagos hoy son posas de pestilencia, los ríos, riachuelos o aéreas muertas y así podríamos citar innumerables ejemplos que creo no es necesario pues la crisis está latente y es evidente…

Al parecer la madre naturaleza hoy nos empieza a pasar la factura a todas nuestras indiferencias y descuidos. No hay rincón del planeta que no recienta los cambios climáticos, no hay país o región en el mundo por rica o avanzada que sea que no sufra los embates de esta “crisis anunciada”. Lo que ayer nos parcia lejano o pura ficción hoy lo estamos viviendo y lo triste es que aun así no reaccionamos ni como individuos, ni como comunidad osera porque pensamos que la responsabilidad es de otros.

Mas lo cierto es que reaccionamos únicamente ante el desastre y cuando estamos en la pena hay otros que están haciendo negocio… No pasara mucho tiempo para que el agua pase a ser mucho más cara que el oro o el petróleo y seguramente estará controlada por un pequeño grupo que tubo “visión de negocio” y nosotros o pagamos el precio o dejaremos de existir. Si hoy no solo este recurso (el agua) si no otros como el aire, un paisaje hermoso, y otros nos pertenecen porque no cuidarlos y administrarlos en beneficio de todos, porque permitir que los “Los negociantes del desastre” tomen el control y le pongan precio.
Necesitamos despertar y tomar acción, si bien es cierto existe tratados internacionales sobre el medio ambiente y contaminación como los tratados de Quioto, de Rio de Janeiro y otros, el firmar estos convenios es solo un paso de muchos que como comunidad e individuales debemos de tomar. Es nuestro deber el educarnos y educar a otros, el crear no solo una conciencia individual si no colectiva que nos permita enfrentar estos retos y no permitirles a los “Negociantes del desastre” que tomen el control.
Oxwell L’bu
Imagen: Internet

"La Aspiradora Existencial"

La aspiradora existencial
Día a día a miles de personas en el mundo les toca gravitar por el umbral del sin sentido, atravesando por situaciones difíciles de comprender, sin entender el ¿Por qué? sufriendo por la enfermedad, la injusticia, la codicia de algunos, la explotación, el sin sentido… En trabajos cuyo único aliciente es el cheque que no alcanza y que antes de cobrarse ya tiene dueño, o en relaciones toxicas con jefes, colegas, compañeros, familiares, esposa/o, novio/a que sofocan nuestra libertad y ganas de vivir.
Habiendo tantos medios de comunicación, que acortan las distancias nos sentimos aislados. La economía se ha convertido en un monstro que nos carcome día a día y así podría extenderme en una lista interminable de situaciones y condiciones, sobre las que tenemos poco o ningún control. Cabe preguntarnos: ¿Es acaso que el hombre no es libre de buscar su propio destino?, ¿Tiene la vida sentido? Y si lo tiene, ¿Cómo o donde encontrarlo? , ¿Qué sentido tiene el sufrimiento? Sé que muchas veces encontramos respuestas parciales en posiciones optimistas, que nos dejan con más preguntas que respuestas y ante una sociedad de valores relativos, soluciones instantáneas, filosofías difusas y confusas, es aun más difícil encontrar una respuesta.
Las constantes demandas de la vida, que exigen de nosotros no solo respuestas, si no también acción ante los precipitosos cambios en la economía, las estructuras sociales, la tecnología y aun en nuestras relaciones interpersonales, nos pone ante una aspiradora existencial que succiona nuestras esperanzas, nuestros sueños, nuestros anhelos, nuestras esperanzas y nos va dejando sin sentido y nos enfrenta a un vacio existencia, que luego tratamos de llenar con un consumismo, relaciones toxicas, trabajo compulsivo, juegos de azar, o frente a un televisor con el control en la mano con el que cambiamos de canal a cada momento sin poder encontrar nada que nos alegre el corazón…Consumimos de forma descontrolada licor, drogas, cigarrillos o comida y poco a poco vamos cayendo en una profunda depresión que muchas veces nos lleva a acariciar y a contemplar la posibilidad del suicidio…Y nos espanta ver como cada vez son más constantes los “accidentes fatales” que muchas veces no son más que suicidios encubiertos.

Bajo estas circunstancias, resulta valida la pregunta: ¿Dónde encuentro el sentido de la vida? Alguien puede decirnos, que en los maestros de las diferentes religiones, en la naturaleza, en la filosofía o que todo es relativo. Mas la verdad es que no hay respuesta absoluta, ya que podemos encontrar razón y sentido en todo lo que nos rodea y aun así seguir sintiendo que nuestra existencia no lo tiene. Entonces es todo lo expuesto un juego lógico de palabras sin razón, ni sentido. N o, no lo es, para comenzar debemos de reconocer que nunca ha existido, existe o existirá alguien como nosotros eso es nuestra uniquesidad en la vida y por eso es nuestra responsabilidad el utilizar todos nuestros talentos, en nuestro desarrollo y crecimiento y de esta manera estaremos aportando a la humanidad en el tiempo, espacio y momento que nos toca vivir. Cabe preguntarnos cuando hablamos de libertad ¿Esta realmente existe? Se claro, que mas de alguien pregonara, que este es un derecho garantizado en la constitución del país y aun más en la Declaración universal de los derechos humanos. Pero que decirle a los que se les coarta la libertad o simple y sencillamente se les niega por pertenecer a otra cultura, grupo étnico o nacionalidad o se les etiqueta de extranjeros. Qué decir de los que se les etiqueta de ilegales y se les desconocen sus derechos y se les priva aun de soñar con la esperanza de un futuro mejor pues al salir de casa al trabajo no tiene la certeza de que regresaran junto a los que aman pues la sombre de la deportación es su eterna compañía, con un presente y futuro incierto.

La injustica y opresión en los centros de trabajo condiciones cada día menos favorables para los trabajadores y con esa amenaza de verse sin trabajo y la respuesta despótica del empleador ante cualquier manifestación de inconformidad del empleado: “Si no le gusta ,allí está abierta la puerta. Y sabemos que es cierto y que somos libres de irnos y sin embargo nos vemos privados de ejercer dicha libertad por la necesidad que nos apremia. Entonces nos frustra tener una libertad que no podemos ejercer, mas no debemos de olvidar que aun en la mas opresora de las situaciones o frente a aquellas que no podemos controlar tenemos la libertad, aun que esta muchas veces se limite a la actitud que asumimos…
Cabe preguntarnos: ¿Por qué? Aun rodeados de tantas personas nos sentimos solos, o porque en una reunión donde tenemos la oportunidad de conocer a otras personas, preferimos llamar con nuestro celular a alguien con0cido antes de asumiré l riesgo de conocer a otros, porque nuestras conversaciones son interminables monólogos donde peor aún, ni tan siquiera somos capaces de comunicar algo real y verdadero de nosotros, o porque nuestra mayor diversión es comprar.
Todo tiene un sentido, incluso el sufrimiento cuando alcanzamos a comprender que podemos trascender inclusive las circunstancias más ruines y asumimos nuestra propia vida, en libertad y con responsabilidad sabiendo que todo tiene un sentido que debemos descubrir. Hemos de:
“Hacer del dolor algo creador y fecundo, como la mujer que esta presta a dar al mundo un nuevo ser…”
Oxwell L’bu