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sábado, 28 de noviembre de 2020

sábado, 21 de noviembre de 2020

“La partida”

 
. “La partida”

Cuando aborde el avión, se agrietó mi corazón, una parte quedó allí, donde nací, donde está enterado esa parte del cordón umbilical, que me une a está tierra y a lo que más amo, la otro parte late en mi pecho, es la que vive con la esperanza, del reencuentro...

Interminables e insaciables fueron aquellos días, de mi niñez, donde quizás faltaron juguetes, pero nunca hubo escaces de amigos; entrañables son aquellos años de adolescencia, entre la impaciencia y la alegría de las primeras ilusiones; como agua fresca corriendo por los valles, fueron esos días de juventud, tejiendo ideales con los sueños y sintiéndome dueño de mi destino, sin pensar que llegaría el día, en que tendría que emprender otro camino.

Por eso dejar mi tierra, no fue como cambiarse las vestiduras, fue más bien desnudar el alma, para descubrir cuanto de ella vive en mí.

Un murmullo de marimba, casi como un lamento inefable desgarraba mi alma, cuando partí, pues como poder evitar semejante dolor, si era como cuando uno deja un gran amor; cómo partir indiferente, cuando mis huellas aunque imperceptibles están allí, allí donde soñé con los ojos abiertos, allí donde recibí mis lecciones de vida, es por eso que es honda la herida.

Se que por sus calles vegan, como huérfanos, mis primeros versos, mis canciones, que a lo lejos lloran con gemidos de poesía, que hoy son los ecos poco perceptibles, que solo se escuchan en el silencio.

Cómo hubiera querido, traerme todo eso de allá, pero parto desnudo, tal y como llegué, pero incompleto, porque dejo un cofre repleto con mis vivencias y recuerdos. Hoy vivo en un país, donde soy un extraño, donde no tengo nombre, ni pasado, donde nadie me extraña, ni espera, porque soy uno más, entre los muchos que vienen.

Pero tengo una identidad, que me da individualidad y que de alguna forma, más de alguien nota, pues denota mi origen, pues tengo impreso en mis retinas sus paisajes, tengo en mis manos, metida entre la uñas, la tierra donde estas manos sembraron flores, tengo en mi piel los colores y el aroma a tierra mojada y cuando habla mi lengua, no puede evitar, el casi declamar, los poemas, donde siempre, está el dulce nombre, que sacude a este hombre: Guatemala.
Oxwell L’bu copyrights 2020
Foto: Paisajes De Guatemala Steven
#Guatemala

viernes, 20 de noviembre de 2020

“El alma no se marchita”


 “Mira que el alma no se marchita”

A veces la vida es una penumbra, una mezcla entre luces y sombras, que suele revelar y otras ocultar, para conservar la majestuosidad de su misterio.


Hay quienes se dan cuenta, de lo que realmente, vale en la vida hasta que van camino al cementerio, otros en cambio lo descubren, cuando aprenden a escuchar los murmullos del silencio. Porque en el silencio, se guardan los versos más sublimes, las palabras más sabias, los misterios más inexpugnables y los amores más profundos.


Siempre me resistí a vender mi tiempo por dinero, porque ese tiempo es mi vida y el dinero en verdad no tiene dueño y tenerlo o no, no me quita el sueño. En cambio el tiempo se deja poseer, pero solo por un momento y en la sumatoria de esos momentos significativos e intensos está la belleza de la vida.


Si, sigo teniendo el alma de un niño, corazón de León y la imaginación de alguien que nunca deja de soñar. Me esfuerzo por no creerme sabio en mis propios criterios, pues eso me volvería necio, más bien sigo aprendiendo y me sigue sorprendiendo, contemplar el amanecer. 



Le pregunto al espejo: acaso el alma se marchita y la luz que han recibido tus ojos todos estos años no te deja ver, que sigues siendo lo que fuiste ayer, pero en una mejor versión, porque ahora escuchas más a tu corazón y atiendes los consejos que da la vida.


Soy vino añejo, un poco menos pendejo, guapo quién sabe si alguna vez lo he sido; sigo siendo ese rebelde con causa, ese verso con tintes de poesía, así ha sido la vida mía.

Oxwell L’bu copyrights 2020


jueves, 19 de noviembre de 2020

“Los versos de Los poetas muertos”


. “Los Versos de los poetas muertos”

No te dejes engañar por los que dicen, que las palabras, solo palabras son y que no pueden cambiar una vida. Porque las palabras trascienden a quien las dijo o las escribió y un verso siempre encuentra su lugar en el universo y no se diga en un corazón. Ya que los versos de los poetas muertos, cobran vida cada día, en cada momento, cuando la poesía inspira al amante a acariciar el alma, en la doncella que suspira y respira puro amor, en aquel que sin querer, se encuentra con un trozó de poesía y en el recibe el pan que lo alimenta, para atravesar su desierto.

Es que en verdad el poeta no ha muerto, el vive, vibra y respira en su poesía, poesía que podría perder su autoría, pero no la esencia de quien la escribió.

Las letras de los poetas muertos tiene el brillo de las estrellas o quizás solo son como un fósforo que al encenderlo nos permite ver cuanto falta, por iluminar.

Sus versos, sus palabras han sido un suspiró de Dios, que el poeta pudo escuchar, pero como todo Don, esté tiene su exigencia, aunque en esencia es gratuidad, el poeta está destinado a vivir con humildad, para poder descubrir en las cosas sencillas, el toque majestuosos y divino de Dios.
Oxwell L’bu copyrights 2018
Foto: Paisajes De Guatemala Steven
#Guatemala

miércoles, 18 de noviembre de 2020

“Te guarde una hoja...”

"Te guarde una hoja de otoño"
Cómo vez mis frases no son eleboradas, son más bien expresiones triadas, pero eso sí, son palabras que brotan del corazón. En mi mundo, la locura es un estado recurrente, que llega así  tan de repente y se instala en mi corazón.

Sabes el otoño, es esa estación, donde quisiera, quedarme estacionado, porque me tiene fasinado, creo que es perfecta para sentirse enamorado...Te diré que una hoja de otoño te he guardado, es la hoja de un árbol que vive enamorado de la luna.De vez en vez cuando la ve asomarse por la ventana del cielo, se pone nervioso y tembloroso y deja caer hojas con un corazón. La luna le corresponde mostrándose en todo su explendor delante de él y aunque están distantes, su amor es un amor del cual se ha hecho cómplice el universo.

Una hoja te guarde, la hoja de mis otoños, mis otoños que se revisten de primavera con tu presencia, porque sin importar el tiempo o la distancia, este amor los trasciende.

Oxwell L’bu Copyright © 2017

domingo, 15 de noviembre de 2020

Pega duro la pandemia...


Mira, que pega duro la pandemia...
Dicen que vamos en la misma barca, pero algunos van en el camarote, con servicio de cuarto incluido y otros en el frente de la proa, soportando la tormenta.

No es lo mismo ver el dolor ajeno, que experimentarlo en carne propia, no es lo mismo ver la necesidad que tenerla. Será por eso que somos, tan indiferentes, que nos da igual y no nos importa, total el sufrimiento, forma parte del paisaje.

Nos quejamos por pequeñeces, sin caer en la cuenta de lo bendecidos que somos. Siempre pensamos en lo que nos falta, será por eso que no tendemos la mano, al mas necesitado, al menos que obtengamos una ganancia, que va desde una foto en las redes sociales para conseguir la aprobación de otros o que luego de alguna forma nos cobraremos.

Si, pega duro la pandemia, a muchos les llueve sobre mojado, a muchos la esperanza los ha abandonado o será más bien, que son los que deben perecer, para que otros sobrevivan.
Oxwell L’bu copyrights 2020
Foto: José Martínez
#pandemia 
#cuarentena

miércoles, 11 de noviembre de 2020

“Lo que pudo ser...”


 “Lo que pudo ser...”

Seguimos avanzando, en nombre del progreso, dejando a nuestro paso destrucción, contaminación y los pertrechos de nuestras miserias.


Lo que pudo ser un hermoso bosque hoy parece un cementerio, lo que pudo ser un bello lugar con alfombra verde tendida, para contemplar sobre ella, un bello amanecer o atardecer, no es más que un vertedero de basura, donde prolifera, la suciedad, la enfermedad y las aves de rapiña.


Lo que pudo ser una hermosa playa besada por las olas, no es más que un lugar nauseabundo, donde el mar devuelve los desechos que en el se han vertido.


Y parece, como que no nos damos cuenta, que estamos destruyendo nuestro hogar, pues apostamos a encontrar, otro lugar que podamos habitar, explorar y destruir.


Lo que pudo ser...Y que de hecho era, antes de que llegáramos nosotros.

Oxwell L’bu copyrights 2020

#cambioclimatico

#Desrrucciondelplaneta

#Basureros

lunes, 9 de noviembre de 2020

“Me gusta contemplar el otoño”


 . “Contemplado el otoño”

Dicen que me gusta perder el tiempo y no hago nada productivo, por eso estoy jodido...Dicen que tengo alma de vagabundo, que no encuentro mi lugar en este mundo.

Y sabes amigo, lo que opinen los demás me tiene sin cuidado, pues a las críticas estoy acostumbrado. Estoy en esa edad en la que no necesito aprobación, para realizar lo que hago con pasión. Me gusta contemplar los atardeceres en otoño, me dejo arrebatar por el viento y voy con el corazón contento, admirado el paisaje y no llevo equipaje.

Porque así como el otoño, despoja a los árboles de su follaje, así la vida te va despojando, de todas esas cosas de las que un día te apropiaste y vez que el viento levanta el polvo, junto con las hojas que han caído y sabes amigo, pienso que algún día el viento me levantara así, pues eso seré al final de mi existencia.

Me gusta ese aire melancólico alegre que tiene el otoño, me enamoro de su colores, aunque no niego que extraño las flores. Es que el otoño tiene ese encanto, de invitar a hacer una pausa y nos enseña a disfrutar de la soledad y de nosotros mismos.

Por eso en otoño me pongo a pensar, que quiero esas cosas sencillas, esas que nos pasamos ignorando y que son las que le dan un verdadero sentido a la vida, porque sabes amigo, las cosas grandes duran tan poco y muchas veces son prohibidas para la gente de a pie, pues fíjate que paradoja amigo, cuando más grandes son las puertas, es más difícil pasar por ellas...
Oxwell L’bu copyrights 2020
#otoño

***Contentamiento***


***Contentamiento***
"12 Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. 13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Filipenses 4:12,13

Tener más para superarse,
poseer más para progresar,
hasta llegar al punto en que
para la alegría no quede lugar.

Acumular para amontonar,
coleccionar para atesorar,
sin tomar en cuenta o importar
si lo que nos sobra alguien lo
pueda necesitar.

Vamos por la vida así
siguiendo ciegamente,
las directrices del consumismo,
las exigencias del egoísmo,
mientras los magnates
se ríen de nosotros con cinismo.

Comemos hasta hartarnos 
y sin embargo no estamos satisfechos;
tenemos mucho mas de lo que necesitamos 
y siempre sentimos que algo nos hace falta;
nos divierte comprar, regresamos de las
tiendas con las manos llenas,
el presupuesto en déficit y ese vació 
que nada consigue llenar.

Es que hemos sido formados
y educados para acaparar,
pues de que otra forma esta
economía podría funcionar;
desconocemos el contentamiento,
nunca somos felices con lo que tenemos
y menos sabiendo que lo debemos.
Oxwell L’bu Copyright © 2017

domingo, 8 de noviembre de 2020

De sus labios...

 De sus labios emanaba el vino de la vida,

eran embriagadoras sus palabras,

como un dulce vino que troca la

tristeza en alargaría.


Expresaba cosas bellas,

en realidad eran expresiones

de su alma, que como semillas

habían sido plantadas en lo

profundo de su corazón.


No, no era un embaucador,

cuando hablaba del amor;

lo expresaba de una forma

tan tierna, tan sublime y sencilla,

que era una bella melodía,

corriendo con el viento.


Sus expresiones eran sencillas,

nada elaboradas; sin tratar de convencer

o de acentuar una expresión para

que la recordaras, pues en si todo

cuanto expresaba era digno,

de no olvidarse nunca

y de cobrar vida, en la propia vida.

Oxwell L’bu copyrights 2020

Flor marchita...

Dicen qué hay flores sin retoño,

que una vez que se han secado,

todo queda consumado...

Más no es así, porque siempre queda

en la retina del alma el brillo de sus

colores y en el olfato del corazón,

el aroma de sus amores.


Porque aún sus pétalos marchitos,

siguen guardando su esencia;

Porqué aunque a pesar de que luego

del otoño viene el frío invierno,

las escarchar de hielo, le dan a beber 

a la primavera.


Dicen que el amor es para siempre

y contradictoriamente también,

de que los para siempre no existen

y en la disputa de esa dicotomía,

el amor es como flor que siempre

florece, aunque parezca una flor marchita.

***Desencuentro***


 . ***Desencuentro***

En ese desencuentro con la realidad,
al darse cuenta de ese choque de la actualidad,
con lo que hoy son solo recuerdos…
Sera que la nostalgia tiende un manto a la razón,
que al caer causa esa desazón.

Sera que los recuerdos son envueltos,
cual si fueran caramelos en papel fantasía
y cuando te quieres endulzar el paladar,
los desenvuelves y los pones en el paladar,
al principio te dejan un sabor dulzón,
para luego diluirse como hiel.

Quien pudiera escoger el papel que se interpreta 
en la comedia de la vida…
Quien pudiera con la experiencia adquirida,
redefinir las líneas del repertorio,,
que se dijeron por las prisas del vivir.

Pero el presente responde en un grito,
que se ahoga en el silencio: ¡Basta ya!
Deja a un lado las lamentaciones,
manda a los recuerdos de vacaciones.

Pero los recuerdos replican:
qué diablos es un hombre sin memoria
y sin recuerdos quien puede decir,
que puede escribir su historia.

Al contrastar los recuerdos  con la realidad,
siempre ocurre ese desencuentro,
el cual dura solo un momento…
pues en la vida el dolor dura solo un momento,
pero los recuerdos son para siempre. 
Oxwell L’bu Copyright ©2012

jueves, 5 de noviembre de 2020

“Hojas de otoño”


 “Ojalá se otoño”

Los días son cortos y una brisa de otoño, provoca mareas de hojas en las calles, de la gran ciudad. Son las hojas del otoño, que como niños, salen a jugar...

Hay un aire de melancolía, que invita a esas veladas bohemias, en las que el alma se siente vagabunda y la inspiración es tan profunda, que se podría escribir, los versos más sublimes del mundo.  El vino de lo vivido está en la mesa, para beberlo nuevamente y que alma, corazón y mente se embriaguen de alegría, mezclada con melancolía.

Las hojas en otoño, son más que hojas revoloteando con el viento, son el alma de esas mariposas, que no renuncian a volar, son como las olas del mar que traen la barca de regreso. Esa barca que ha navegado en mar abierto y ha descubierto que en el desierto, no todo está muerto.

Amigo, guardaré algunas hojas de este otoño y serán como las páginas de ese libro que no termino de escribir, porque aún queda mucho por vivir...
Oxwell L’bu copyrights 2020
#otoño

Sin que tú te dieras cuenta...

 Sin que tu te dieras cuenta....

Te seguí más de una vez, grite tu nombre y mi grito lo ahogó el silenció,  te acaricié  con la mirada y a ti te pareció que fue el viento...Te dije que te amaba, que te extrañaba, que sin ti mi vida había perdido sentido, tu lo percibiste, en una latido que te sobresalto.  Pues sin que tu te diré cuenta, te he amado, contigo y sin ti...

Oxwell L'Bu copyright 2015

miércoles, 4 de noviembre de 2020

***Dialogos con la soledad II***


***Diálogos con la Soledad II***
       (En el Océano del Misterio)
Me subí a la barca y empecé
a remar…Sin percatarme cuanto
me alejaba de la orilla.

En el trayecto perdí los remos
quedando a merced del viento
y de las olas que viene y van.

Un poco asustado grite a todo
pulmón pero nadie escucho,
mis gritos naufragaban en el silencio.

De repente una tormenta de
recuerdos y culpas azoto mi
barca al punto que casi la
hace naufragar…

Y luego sobre vino una calma que
arrullo mi alma… Y de pronto mis
ojos vieron algo que me estremeció.

Era la silueta de mujer que caminaba
sobre el agua… entonces el miedo vino
para abrigarme y queriendo escapar
cerré los ojos…

Mas segundos después sentí su aliento
cerca de mí y su respiración consumía
la mía mas no me asfixiaba.

Aquella Dama me murmuraba al oído
cosas que no alcanzaba a comprender,
y sus palabras eran como un mar en calma
donde navegas deleitándote al admirar
la luna siendo cortejada por las estrellas.

Algo así es esa Dama la Soledad:
irrita y consuela, vacía y llena,
toma y da, pero sobre todo te
permite reencontrarte con la Paz.
Oxwell L'bu copyrights 2010

Sacando fotos

 Sacando fotos del baúl de los recuerdos, enanan memorias a raudales, de momentos compartidos y vívidos que se han quedado en silenció, pero sus voces, sus sonidos, su música se vuelve a escuchar y el corazón empieza a vibrar evocando esos instantes en que hemos sido felices y entonces damos gracias a la vida.

Oxwell L’bu Copyright © 2017

martes, 3 de noviembre de 2020

“Profesión: enterrador de perros”

***Profesión: Enterrador de Perros***
Cayo como un paracaidista en medio de una autopista en la que no sabía qué dirección tomar  porque ningún camino le conducía a su hogar… Con un dejo de tristeza y con los ojos llenos de sorpresa una mescla difícil de asimilar para un inmigrante que acaba de llegar.
Sin hablar ingles y con un español acentuado por su lengua materna, le era difícil  encajar en aquel juego de ajedrez; por un lado se sentía como un niño perdido y por otro como un hombre ignorado. Pero no había tiempo para ese mal del primer mundo que llaman depresión pues debía de ponerse en acción y trabajar.  Consiguió un cuarto compartido cuya renta casi acabo con el poco dinero que traía, por lo que tuvo que diezmar su apetito y engañarlo con agua.  Por las noches le entraba esa tristeza pueblerina que ni la televisión conseguía espantar y temprano por las mañanas espera en las esquinas para granjearse la oportunidad  de trabajar unas horas, pero los días corrían y la posibilidad no llegaba porque al parecer los hombres que manejaban los pickups ya tenían a sus conocidos  y además sin los mentados papeles conseguir un buen empleo era algo casi imposible.
El tiempo corría a prisa, ya eran casi tres meses desde que había salido de aquella casita donde nunca hubo lujos pero si mucho amor, donde por las mañanas los patojos (niños) corrían jugando hacia la única escuela  y por las noches se reunían a escuchar historias y luego los grillos les arrullaban el sueño. Pensaba en escribir a su familia, pero  se preguntaba  ¿Cómo explicar  que no consigo un trabajo en donde muchos asumen que se gana el dinero a granel? Por lo que prefirió postergarlo, para cuando tuviera trabajo.
Un medio día de aquellos ardientes cuando se siente  que arden las plantas de los pies pues el concreto quema y penetra la suela del zapato, un pick up paro cerca de el, el hombre que lo conducía le pregunto que si buscaba trabajo, el respondió  inmediatamente que si, con esa cara de necesidad que se nota a leguas… Se subió a la palangana del vehículo a la par de otros dos hombres que no conocía. Media hora después llegaron al lugar, parecía un cementerio, mas no tuvo tiempo de pensar pues tenía pronto  que ponerse a trabajar, el hombre les entrego un par de palas y una cinta de medición y les dijo que su trabajo era muy simple, solo debían de escavar en tierra  agujeros con la medida que  en cada señal estaba marcada; nadie pregunto nada, los dos hombre se pusieron a hacer su trabajo y el tercero siguió con aquel hombre en el pick up, lo único que les dijo es que los recogería como a eso de las seis de la tarde. Ambos solo seguían  las medidas indicadas, sin comentar nada, pero preguntándose para sus adentros, ¿Qué para que sirvieran aquellas trincheras?, más poco tardarían en descubrirlo.  El hombre los recogió a la hora acordada y les pago su labor en efectivo diciéndoles que si les interesaba el trabajo pasaría por ellos al día siguiente.
Gustavo Adolfo con el cansancio a cuestas más con una cara de alegría no paraba de pensar que  por fin podría mandarle algo de dinero a su familia y así paso comprando el desayuno, almuerzo y cena de aquel día hamburguesa, papas fritas y un refresco.
Al día siguiente  estaba en el lugar acordado con media hora de antelación, luego de la espera llego aquel hombre, pero esta vez solo iba en el pick up el hombre con el que había trabajado el día anterior.  Al llegar al lugar las instrucciones fueron las mismas y de inmediato, se pusieron a palear bajo un sol  inclemente.  A las dos horas de trabajar  pararon un rato para buscar un sombra y tomar un descanso, ambos se dijeron su nombre y les vino a los labios la misma pregunta ¿Para qué son las trincheras? Ambos se dieron cuenta que aquel lugar con jardines y estatuías de San Francisco de Asís, era un cementerio, pero ¿De qué? Luego continuaron con el trabajo, no porque alguien los apurara, si no porque su labor estaba también calculada, que de no apurarse no acabarían y eso significaba perder el empleo. A la hora del almuerzo ambos Gustavo Adolfo y José Pablo se pusieron a husmear el lugar  pues la duda les carcomía.   Al ir caminando empezaron a notar que afirmativamente era un cementerio pero no de personas, encontraron lapidas con dedicatoria en ingles que no comprendían, pero si los nombres, Candy, Leidy, Snoopy, Drupy, Flopy, Sisy, Deisy, Brandy…Todos nombres de perros con esa particularidad  que terminaban con “Y” 
Al atardecer fueron llamados para ayudar en uno de los entierros, llego una elegante mujer  de edad en limosina, vestida de negro llorando a mares y otros que la acompañaban que más bien parecían fingir un dolor que no sentían, luego de otro vehículo bajaron una pequeña caja bellamente adornada, unos hombres vestidos de negro la cargaron con tal solemnidad y cuidado que se notaba que lo hacían por una buena paga, pusieron la caja en una de las trincheras previamente adecuada, que ellos el día anterior  habían cavado.  Ambos ayudaron con las flores y esperaron.  Se realizo el funeral como si se tratara de una persona y luego de las cosas propias del entierro, se retiro la mujer en su elegante limosina.  Luego ellos deberían de ponerle tierra encima, plantar grama y flores alrededor y colocar una cerca. Mientras  echaba la tierra  Gustavo Adolfo no dejaba de pensar en toda esa solemnidad, el lujo y personas en el funeral para un perro, no era que no valorara la compañía y la presencia de un perro en la vida, el mismo había llorado más de una vez por la muerte del perro que acompaño su niñez , pero también recordó aquel 4de febrero en que un terremoto diezmo a su pueblo y ante la falta de recursos y la premura del tiempo, muchos de sus conocidos y amigos fueron enterrados en fosas comunes sin más ritual que  el dolor  y a las oraciones del pueblo…
Así acabo aquel día, que se repetiría más de una vez y aun que la paga era una fracción de lo que realmente valía su labor, era mejor tener aquel  trabajo que andar mendigando por un empleo en las esquinas.
Aquel trabajo siempre le traía sentimientos encontrados, contradicciones difíciles de asumir y comprendía que no importa donde se encontrara pues de vez en vez le invadiría aquella tristeza pueblerina que hacia fluir los vinos del recuerdo y lo embriagaba de nostalgia…

Oxwell L’bu copyrights 2010