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viernes, 15 de febrero de 2019

Te acuerdas de mi?

Te acuerdas de mi?
Si ya lo sé, que te sonará a cliché o a la canción de Arjona, canción que yo debí de escribir pero a él la musa de las nostalgias se le sopló primero, por eso de saber que yo andaba distraído recordándote.

Si has escuchado la canción, te diré que casi, casi es una fotografía del susodicho, aunque hay cosas que no expresa a cabalidad, pero mucho de lo que dice es verdad. Pues sigo siendo el flaco de siempre, ahora uso el pelo un poco más largo, de cuando estudiaba en el Hall. Sabes nunca aprendí a fumar y si alguna vez me he llegado a emborrachar, ha sido con el vino de las nostalgias, pues dicen que soy abstemio, pero eso sí, nunca al vino del amor.

Y si, de vez en cuando viajo en autobús, por esa mi manía de soñar despierto y quedarme ido como muerto, cuando una musa me besa en la boca y me da por escribir como un condenado. Te diré que eso que llaman éxito, me ha desahuciado, es más algunos me consideran un fracasado, por no tener en mi haber cosas para presumir.

Te cuento que nunca me gradué, sigo siendo un eterno aprendiz, pues los títulos que se cuelgan en la pared, solo acreditan capacidad pero no la dan... Recuerdas mis manos, pues siguen teniendo su propia calefaccio, no conseguí mejorar mi caligrafía y ahora escribo como si tuviera miopía, por tener que escribir tan aprisa cuando una musa antojadiza le da por dictarme versos, en los momentos más inoportunos y los lugares menos convenientes.

Con respecto a mi locura, está nunca mejoró, se hizo crónica y empeoró, pero es lo único que me hace tolerable este mundo donde todo está al revés, pues de lo contrario perdería la cordura.

De mis sueños, esos siguen intactos y no pienso lograrlos, porque perderían su encanto, prefiero seguir soñándolos. Te cuento que publique un libro, que es un fiasco como best seller, pues a nadie le interesa invertir un centavo, si me leen gratis en internet... Por eso no sé, si algún día publicaré los otros cuatro libros que esperan, debido al presupuesto.

De mis canciones, con ellas le doy de vez en cuando un concierto al susodicho, ya lo sabes, por ese su capricho de pretender escuchar sus canciones en la radio.

Que más te puedo decir de mí, que no sea obvio, pues los años por más que corrí ya me dieron alcance, aunque hay almas caritativas que me dicen que me veo igual... Que si madure, no, yo me añejé, como esos vinos que alguien deja olvidados en el sótano, allí donde se guardan las cosas que uno piensa que alguna vez va a necesitar.

Que como me ha tratado la vida? Que te diré, pues he sobrevivido un terremoto, otro  día que me desvarranque , dos balaceras, el asma, un tornado, una ola de calor extremo, un blizzard y últimamente un vórtice polar, además de tu ausencia.

Pero sigo aquí, viviendo para contarla, tratando de arrancarle momentos sublimes a la vida, pues cuando llegue mi despedida, espero esta me sorprenda, escribiendo algo sublime o haciendo el amor.
Oxwell L’bu copyrights 2019

El tiempo que invertimos

Si el tiempo que invertimos
encriticar y juzgar,
lo usáramos para contemplar ,
nuestra visión de la vida cambiaría.

Caeríamos en la cuenta que
somos parte de un todo
y que este lapso de vida
es solo un suspiro que puede
ser de inspiración o de desconsuelo.

Si supiéramos que para aprender
a dialogar, es imperativo saber
escuchar, aprenderíamos tanto
de la vida y comprenderíamos
el sentir y pensar de los demás.

Y eso enriquecería nuestra vida,
nos permitiría acercárnos a la
sabiduría y al amor fraterno.
Oxwell L’bu copyrights 2019

miércoles, 13 de febrero de 2019

Sobre la ignorancia...

Cuando uno es niño
no se cansa de preguntar,
cuando llega la adolescencia,
uno se llena de impaciencia
y en la juventud en su ignorancia
uno cree que se las sabe todas
y deja de preguntar.

Y no sobran los adultos
que confunden la sabiduría,
con ese fardo de conocimientos,
acumulados, que algunas veces
no sirven para nada.

Cuando uno llega al otoño,
se percata del engaño,
algunos prefieren ignorarlo
y otros en soledad se revelan
y uno se pregunta: Para que carajos
tantos años de escuela,
sino te enseñan lo fundamental
y del conocimiento la esencia,
para despertar en uno esa ancla
de investigar y aprender,
para que la mente no se venga
a embrutecer.

La generación de hoy
tiene Google, pero en su mayoría,
no tiene el criterio de discernir
la información, ni el criterio
para utilizarla.
Oxwell L’bu copyrights 2019

sábado, 9 de febrero de 2019

Eso de la tecnología

Yo quiero vivir con intensidad el momento,
sin preocuparme por postearlo;
si reí o si lloré, eso si lo yo lo sé,
si lo que comí lo disfrute,
por ello doy las gracias al Creasor
por haberlo proveído y a las manos
que lo prepararon.

Si amé y me extasié,
pues para poderlo contar,
antes que me permita regresar,
de ese quinto cielo al que me envío,
la dama que me amó.

Pues como dice esa canción
“Que sabe nadie, lo que prefiero
o no prefieren en el amor”
Ya que eso es cosa de dos.

Si estoy frente a un paisaje,
antes de tomar una fotografía,
primero me dejó absorber por su belleza,
vivo, respiró y me admiro
y no pocas veces me dejo emocionar
hasta las lagrimas...
Oxwell L’bu copyrights 2019

martes, 5 de febrero de 2019

Pensar diferente...

Muchas veces quien
piensa diferente,
es tachado de demente
y muchas veces aislado.

Las etiquetas no faltarán,
pues cuando algo no se consigue
comprender es más fácil ignorarlo
o despreciarlo.

Pero quien piensa diferente,
muchas veces a adquirido
otra visión, algo que va
más allá de la intuición,
bien podría ser una arista
de la cosmovision.

Quien piensa diferente,
muchas veces experimenta
el aislamiento, porque muchas
veces el conocimiento,
viene en forma de inspiración,
cuando se a aprendido a bregar
con la soledad.

Las burlas y desprecios de hoy,
serán los laureles del  mañana,
si el individuo se atreve a entrar,
en la arena de las ideas.
Oxwell L’bu copyrights 2019

domingo, 3 de febrero de 2019

***Mientras la nieve se derrite***

***Mientras la nieve se derrite***
Mientras la nieve se derrite,
desde mi trinchera contemplo
el horizonte, que espero la mano
de Dios lo pinte de un color diferente,
a ese gris logubre que parece de hospital.

Mientras la nieve se derrite,
la tecnología compite,
con un viejo libro de poesía,
que no terminó de leer,
porque siempre alguna  musa
me viene a distraer.

Poco a poco los colores del jardín
de mis otoños se empiezan nuevamente
a revelar, las hojas secas se sacuden
la nieve, pues quieren nuevamente
con el viento volar.

Se escucha a los pájaros cantar
sobre la copa de los árboles desnudos,
que esperan que la primavera les devuelva
las ropas que el otoño les vino a despojar
y quizás alguna flor con su aroma,
los venga a embriagar.

La selva de concreto se empieza a reponer,
pero el asfalto parece un vidrio roto,
donde sería un suicidio andar en moto;
las calles casi vacías, calles sin niños,
porque están frente a una pantalla
que los emboba y les absorbe la vida,
lo mismo que a los adultos.

Mientras la nieve se derrite
yo estoy aquí haciendo remembranzas
de lo vivido y compartido,
estoy como los tulipanes esperando
la primavera, con ganas de besar
en la boca a la flor primera,
que me permita embriagarme
con su aroma.

Mientras la nieve se derrite
escribo versos sobre la tierra mojada,
pero no duran nada, porque la nieve
derretida no quiere huellas de sueños
redimidos y menos  de suspiros vagabundos,
buscando albergue.

Me viene como vívida imagen
la calle amores, allí donde  las flores
se arremangaban las medias escolares
y se cubrían el trasero con el suéter
y se sonrojaban frente a su primera ilusión.

Mientras se derrite la nieve,
yo camino por el bulevar de las
remembranzas, esperando toparme
con Sancho Panza pa’ preguntarle
si el encontró a Dulcinea.

Mientras se derrite la nieve,
renacen mis esperanzas
de volver no solo a ver, sino
también vivir la primavera
y encontrar la carretera,
donde el manejar en U
no solo sea permitido,
sino obligatorio.

Mientras se derrite la nieve,
yo veo humear mi café
y me pregunto a donde fue,
esa que decían que era mala compañía,
con la que conocí esa locura,
que le da alegría al corazón.

Mientras se derrite la nieve,
con los zapatos empapados
y los pies casi congelados,
me viene el eco de ese reproche
de mi cuerpo, pidiendo en las noches
“Su chamarrita” no solo para abrigarlo
sino también para conciliar mejor el sueño.

Mientras se derrite la nieve,
pienso que esa nieve bien hubiera
sido lluvia, si el sol no se fuera a dormir
tan temprano haciéndole desplantes
a la luna.

Mientras se derrite la nieve,
en esta banca ya tengo mojado
hasta el trasero y por una sopa
me muero, así que dejaré de filosofar
y bajo una ducha caliente,
a todo pulmón me pondré a cantar,
mientras el lívido se me descongela.
Oxwell L’bu copyrights 2019

viernes, 1 de febrero de 2019

Caminado entre la nieve

Caminando entre la nieve...
El frío es extremo, aunque el sol lo desafía y a mí me dio por salir a caminar y literalmente fue caminar entre la nieve, los pies se me hundían y en algunas áreas, me llegaba más allá de la rodia.

Escuche al viento cantar y me dio por caminar, quería vivir esa experiencia, alguna vez lo hice corriendo, pero ahora lo quise hacer de esta forma y sintiendo sobre mi piel las cuchillas del viento gélido.  Pase un par de veces por mis propias huellas de la misma forma en que a veces repetimos ciertas cosas de la vida y pensaba en eso que algunos llaman fracasos y me di cuenta que no lo son, pues los llamados fracasos no son más que los peldaños que nos permiten llegar a esa altura donde podemos ver la vida, con mejor perspectiva, eso es el éxito.
Oxwell L’bu copyrights 2019