Así que le devolví la pregunta y él hábilmente, como leyendo lo que está en mi mente, replicó: -Tu lógica, es ilógica, porque yo sé lo que es amor, pero no como lo viven y lo experimentan los humanos, porque esa es una potestad que les ha dado Dios.
- Yo solo he visto, las locuras que hacen por amor, como una mujer se vuelve a sentir niña cuando se enamora; como un hombre redefine su vida, cuando encuentra el amor. Como ambos se estremecen con el solo rose de la piel y como casi mueren haciendo el amor... Pero yo no puedo sentir, como ustedes sienten.
-He acompañado a los enamorados en sus noches de desvelos, los he visto transformarse en poetas, porque el amor es poesía e escuchado las bellas canciones que les nacen en el corazón, cuando el amor anida en sus pechos, pero yo no he podido sentir lo que ellos sienten.
Hizo una pausa y me miró fijamente, esperando mi respuesta. Yo le dije; - No se porque quieres que te hable de esta amor imperfecto, como es el humano, que te hace tocar el cielo si, pero también conocer el infierno; que te hace feliz si, pero también llorar con amargura, un amor que no es ajeno a los celos y que a veces se transforma en desamor.
El contesto: Es eso precisamente, lo que lo hace tan sublime, que quien se enamora, sabiendo todo eso, sigue corriendo el riesgo, de la misma forma que Dios sigue apostando por ustedes, pese a la infinidad de veces que le han fallado.
Yo me quedé callado, lo miré y suspiré y antes de despertar alcancé a decirle: - Es indudable que el amor siendo humano, tiene ese ingrediente divino...
Luego desperté y seguí lloviendo.
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