“Decisiones”

“Decisiones”
Toda decisión tiene un precio, incluso aquellas que no tomamos...

Desde que somos bebés, tomamos decisiones, por pequeñas que parezcan; lloramos para obtener el alimento o la atención, para manifestar una incomodidad o sufrimiento, o bien regalamos una sonrisa para despertar ternura.

Al crecer seguimos tomando decisiones, por las que somos premiados o castigados y así vamos creciendo aprendiendo, que toda decisión por pequeña que sea, tiene una consecuencia. En nuestra adolescencia, tomamos decisiones alocadas guiadas más por ese ímpetu de reclamar independencia. Al llegar la juventud, seguimos tomando decisiones y así durante el resto de nuestra vida.

Vamos a la escuela y nos llenan de conocimientos e información, pero no nos enseñan cómo tomar decisiones y menos aún el hecho de que nuestras decisiones por cotidianas y pequeñas que sean, tendrán implicaciones para nuestro presente y futuro y de alguna forma afectarán a otros.

La toma de decisiones puede sonar un asunto triado, aburrido y poco interesante, pero Hay que ver nuestra propia vida, donde estamos ahora, lo que nos Gusta o disgusta, los logros o fracasos, los aciertos y errores, son consecuencias de nuestras decisiones o de la falta de las mismas y peor aún cuando alguien más ha decidido por nosotros.

El mucho análisis paraliza, pero la prisa es mala consejera y los prejuicios causan ceguera. Así que piensa, actúa y comprende que las mejores decisiones para la vida, son aquellas que se toman con la mejor y mayor información disponible y de ser posible aquellas que llevan corazón.
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