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miércoles, 2 de febrero de 2022

“El bautizo del susodicho”


 “El bautizo del susodicho”

Si, nací en año bisiesto y por eso casi soy ambidiestro, por eso de la sinestesia, que de vez en vez es como una anestesia para mis sentidos, pero acelera mis latidos...



Me bautizaron en las vísperas del día de Candelaria, no porque fuera iluminado, sino porque quizás mi madre percibía que sería un patojo travieso y mal portado.  Mis recuerdos son nebulosos y se van aclarando con el recuerdo de las cosas que mi madre me contó.



Aquella mañana era fría, don Mario(mi padrino) me llevaba entre sus brazos a la capilla y mi hermano un año mayor iba prendido a los brazos de mi madre. Don Mario, lo recuerdo un hombre cálido de trato amable, que usaba un bigote bien recortado, de manos fuertes y mirada serena, su frente poco a poco se iba despoblando y tenía una grande sonrisa.  Mi madrina, una mujer de gustos refinados, con ese aire aristocrático, de quien acude a sus recientes memorias, para alargar su historia. Ella no era muy cariñosa, contraria a mi padrino, que siempre se tomó un tiempo para visitar a los ahijados. Al parecer, no tenían hijos, por lo que todo su cariño de padre en cierta forma lo volcaba a nosotros y la gran amistad que tenía con mi papá.




Aquella mañana, entre al templo de nuestra señora de Candelaria, que lucia de fiesta, de brazos de mi padrino, durante la misa, yo buscaba la mirada de ojos color aceituna de mi madre y mi padre me sobaba la cabeza para calmarme. 


Llegó el momento del bautismo, mis padrinos me presentaron y el padre preguntó que nombre querían darle a la niña ,mi padre lo corrigió y le dijo es niño, el padre como queriendo disculparse les dijo: es que es muy bonito. Luego el sacerdote me hecho el agua sobre la cabeza y no lloré, el me tomo entre sus brazos y me alzó frente a la imagen de la Virgen(eso me lo contó mi madre)diciendo unas palabras en latín, que nadie entendió.


Lo cierto es que desde eses día, yo vivo como distraído o abstraído de este mundo. Pero otra parte de mi mente, registra todo lo que sucede, poniéndole colores y aromas y mi corazón atesora los momentos más sublimes.


De mis padrinos tengo pocos recuerdos, pero nunca he olvidado la calidez de mi padrino Don Mario, que era también padrino de mi hermano mayor y aunque no era el padrino del tercero, igual lo abrazaba y cuando llegaba nuestro cumpleaños( porque mi hermano mayor y yo cumpleaños años el mismo día y mi tercer hermano once días antes de nosotros) nos llegaba ver, siempre con un regalo, para cada uno de nosotros. Pero no eran los regalos, era su forma de ser y la forma en que nos trataba, pues de alguna forma siempre nos acompañaba, en este peregrinar que es la vida.

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#Elbautizo

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