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domingo, 6 de marzo de 2022

dejo la soledad...

 Miró aquel laberinto, enfrente y se sintió un demente, sin saber a donde ir...Pero comprendo que tenía que avanzar, así que decidió emprender el camino, porque del laberinto quería salir. Caminó en soledad, como en un desierto donde todo está muerto, incluso la esperanza. Tratando de salir muchas veces erró, de camino se equivocó, pero eso si, iba dejando una marca, para no volver a repetirlo.


Sintió la angustia, que a veces trae la soledad, esa sensación de que su destino a nadie le importaba, porque el mundo seguí sin él. Optó por ponerse el disfraz que gana aceptación, pero comprendió que esa aceptación, aparte que momentánea, no era para él, sino para el disfraz.


Vago buscando el rumbo, en total soledad, eventualmente, se encontró con gente bien intencionada, pero que andaba perdida igual que él, eran ciegos guiando a otros ciegos.


En esa soledad, un día sintió sed, mucha sed y con deseperacion buscó agua y finalmente encontró un manantial y vio su reflejo, pero no pudo beber porque estaba contaminado. Por lo que siguió su camino, ahora con sed, angustia y desesperanza.


Cansado se sentó en una piedra y empezó a dibujar con su dedo en el polvo del camino y escribió su nombre. Y entonces se dio cuenta que en toda esa odisea, algunos lo acompañaron luego lo dejaron, en otros el pensó encontrar una respuesta, pero no la tenía  y que cuando sintió sed, aunque el agua contaminada de momento la podía saciar luego iba a enfermar y que después de todo, en ese proceso había aprendido a ser para el mismo una buena compañía.


Como quien comió un trozo de pan y tomo agua fresca, se puso de pie y siguió adelante, se vio caminando en círculos, pero miró las marcas que había dejando en los caminos equivocados y no los volvió a tomar.


A base de equivocarse muchas veces aprendió y aunque se volviera a equivocar, sabía que no serían los mismos errores y seguiría aprendiendo. Siguió avanzando hasta que un día encontró finalmente la salida. Si, llevaba sobre si, más de una herida, llevaba polvo del camino, se sentía fatigado y cansado, pero frente al extasis de haberse liberado de las cosas que lo tenían apresado, salió con fe al encuentro...

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