“Espejos”

 “Espejos”

Antes de salir, miro su reflejo en el espejo y salió confiado de su apariencia y de lo imponente de su presencia. Iba caminando y se detuvo, por un momento a ver a travez del vidrio de una vitrina de almacén, no lo que vendían, sino su reflejo para reafirmar su aprobación.

Iba caminando, pensando en lo bien que se veía, iba a la reunión de promoción, hacía más de 25 años, que a muchos no los veía y aquella sería una buena ocasión, no solo para reafirmar la amistad, sino también para saber de sus vidas.

Al llegar, su viejo amigo y promoción, le dio la bien venida, en aquel no había sorpresa, pues solían frecuentarse, pero, había otros allí,  a los que no reconocía y esperaba que alguien viniera a su auxilio, para no verse en la penosa necesidad de preguntar de quien se trataba. Lo mismo les sucedió a los que ya estaban allí.

Por suerte el anfitrión (quien le abrió la puerta) lo acompañó y lo presentó con los amigos , con los que siendo casi niños alguna vez compartió un pedazo de su vida.

-Hola vos, cómo estás, tanto tiempo sin verte, te acordas de mi. -Claro que si (aunque ninguno de los dos se acordaba) Yo soy Kukito - A si claro, eras uno de los más chiquitos. Y salió el anfitrión rápido en su ayuda, aquel es el Tas Tas a si, claro y ya no tartamudeas vos, no ya no, aquello me pasaba por nervios. El Tas Tas pensó para sus adentros, puta que viejo que está el Kukito, viejo y calvo y barringoncito, el cabroncito, otro tanto pensó Kukito, al Tas Tas se le quitó lo tartamudo pero no así la cara de mudo y ahora viejo.  El grupo de tras, al escucharlos, pues tampoco reconocía al recién llegado, se sumó El mano de hule. Qué tal mucha, puta cuantos años de no vernos, pero ustedes no han cambiado (los tres pensaron, al unísono, pero vos si, quien sos) y antes que le preguntaran, quien era el mismo se presentó, si vos, replicó uno de los tres si estas igualito, como el caldo, siempre con un pelo en la sopa.

De repente que entró, uno al que todos reconocieron, porque seguía igual de feo y no había cambiado nada, lo saludaron( el igual, no los reconocía y pensó para si, menos mal no fui guapo porque esa cercha el tiempo si que la hace mierda).

El Tas Tas entre más veía a sus compañeros, más viejos y acabados le parecían y se decía para sus adentros, menos mal a mi no me pasó encima la aplanadora, que era lo mismo que los otros pensaban de él.

Al terminar la reunión, se tomaron la foto de ley, la que pondrían en las redes sociales, porque no estaban en sus cabales y la contrastarían, con la última que se tomaron de promoción, para que todos fueran testigos de semejante evolución. Bien dicen que para que un candelero, alumbre más y deje ver, lo que las tinieblas ciegan, hay que ponerlo en lo alto y frente a un espejo.

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