“Sobre la pasión…”

 “Sobre la pasión…”

Dónde habita el alma del erudito, sino en el infinito de su mente…Dónde habita el alma del poeta, sino en su corazón. Pero que es un poeta sin la intuición del erudito y un erudito sin pasión del poeta.

Se dice del amor ágape, que es el más perfecto porque así nos ama Dios y que el eros no es más que una desviación del corazón. Pero acaso ambos no tiene la misma fuente y se complementan en el encuentro sublime de dos almas.

Si, a la pasión se le han lanzado dardos demoníacos, que la han deformado y se ha asegurado que en ese tipo de amor, está ausente Dios. Pues es la pasión la que arrastra al corazón a lo que llamamos pecado y ese es un bocado que conduce a la muerte.

Cuando por el contrario la pasión, puede con su luz revelarnos la belleza de la vida y el gran Amor de Dios, que ha querido que seamos parte de ese ágape divino.

Pues una vida sin pasión,es como una partitura sin melodía,como un jardín sin primavera… Que es una mujer sin haber sentido la pasión de la entrega que engendra la vida, que es un hombre que no ha experimentado la pasión que aclara sus pensamientos y pone en relieve sus sentimientos.

La pasión es como la sal de la vida, que cicatriza la herida y le da sabor a lo incipiente, que es el sin sentido, es por eso que cada latido es una expresión de esa pasión con que fuimos concebidos y somos conducidos al encuentro con lo eterno.

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