En el puerto de partida de la vida, muy lentamente vamos dejando la playa, como no queriendo partir, con pasos lentos e inseguros avanzamos y las huellas que vamos dejando las van borrando las olas sin memoria…No subimos a la barca y vemos la inmensidad del mar y empezamos a pensar que nunca llegaremos a la otra orilla, pasamos tempestades y dificultades y no pocas veces sentimos que perdemos el timón, también tenemos esos momentos de quietud que nos hacen sentir que nuestro viaje será eterno y luego un día de repente vemos la otra orilla y de la barca ya no nos queremos bajar porque comprendemos que el viaje termino.
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