“Con las primeras canas”
Si, lo sé, lo que ayer era una llama, poco a poco se va convirtiendo en ceniza, pero basta un viento de recuerdo para que vuelva a arder, con mayor intensidad.
Con las primeras canas, uno se da cuenta, que sino se pone las pilas, se quedará con las ganas, porque en esta vida no hay dos oportunidades, porque uno no sufre por lo vivido, sino por lo que no se atrevió a vivir, pues eso se ha perdido para siempre.
Por eso,uno con las primeras canas, cae en la cuenta que no se puede quedar con las ganas, de vivir intensamente. Que seguir postergando es cosa de dementes y que si uno no se atreve, para mañana no habrá tiempo para más…
Cuando uno empieza a ver, esos cambios en la piel, es como cuando se pasó de la niñez a la adolescencia y ya no había vuelta atrás, que ese niño ya no volvería. Ahora que la juventud se empieza a despedir y el otoño me empieza a seducir y que quizás esta es una segunda adolescencia con un toque de demencia.
Porque esta vida sin un toque de locura, es como un supositorio que le quieren meter a uno sin quitarle el envoltorio; si, las canas se pueden teñir y los años restar, pero al tiempo no se le puede engañar.
Cuando a uno le empiezan a salir las canas y a marcar la piel, uno vislumbra el otoño y se enamora de sus nuevos colores y flores, y empieza a aligerar el equipaje, para que sea la mejor parte del viaje…
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#Canas
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