“Sigo siendo aquel...”
No, no soy un fugitivo de mi mismo, porque he aprendido a ser buena compañía de mi mismo, para poder serlo de alguien más...
Y si, sigo siendo ese flaco irreverente, ese que siempre pasó desapercibido, ese que siempre fue fácil de olvidar, por eso está de más, preguntar, si te acuerdas de mi... He aprendido a besar a la vida en la boca y me he embriagado con el vino de la felicidad, que deja esa resaca que te confirma que has sido feliz y te llena de eterna gratitud.
Si es cierto, que con todas mis contradicciones, he mandado al carajo las culpas y me fui de vacaciones, a la escuela de desaprender y aunque no lo creas, conservo ese corazón de poeta en el cofre de mi pecho, que aún golpeado y desecho, ha sabido guardar la esencia de mi ser.
Si, yo sigo siendo aquel, que soñaba con los ojos abiertos, aquel que en servilletas, bolsas y pedazos de papel escribió canciones con algo más que emociones; sigo siendo aquel muchachito flaquito, que en la escuela escribía poesía y permitía que la declamaran en los actos escolares, con la condición que no se mencionará mi nombre. Sigo tropezando con la ortografía y esa manía mía, de dejarme arrebatar por las musas, que no repiten los mismos versos dos veces, porque cada momento de inspiración único e irrepetible.
De vez en vez, me da por salirme de mi mismo, para desintoxicarme un poco de mi estupidez, para seguir los huellas de los que han caminado sobre el agua, para redescubrir la belleza y sublime de lo sencillo.
Si, yo sigo siendo aquel, aunque ya no te acuerdes de mi...
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#Serelmismo
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