“Mariposas del tiempo”
Con la piel arrugada nacemos y si vivimos suficientes años, con la piel arrugada partiremos...
Minúscula empieza su vida, como hoja a la derriba a merced del viento y ella aferrada a su aposento; así como se aferra el feto al vientre de la madre, dependiendo de ella, en una simbiosis no solo corporal, sino también del alma...
Cuando llega el momento, se convierte en esa arruga, poco agradable a la vista, pero con todo el potencial de desarrollar esa belleza, así son los bebés al nacer, de piel arrugada, de extremidades pequeñas, mirada poco expresiva y alta mente dependientes de los cuidados que se les de para su sobre vivencia, pero allí está latente el potencial, no solo de su belleza, sino también ese soplo divino e inspiración para llegar a vivir una vida con propósito.
Llega el día en que la metamorfosis entra a ese ciclo, en que la mariposa muestra toda su belleza y esplendor, emprende el vuelo y se perfuma con el aroma de las flores y luce radiante delante del sol. Así es también nuestra vida, llega ese momento en que con el vigor de la juventud, podemos volar y brillar, así como el abrazarnos a ese propósito de vida, que nos permitirá trascender, no solo cuando llegue la decadencia sino también el momento de partir.
Ojalá, esas mariposas vuelen todo lo alto a donde sus sueños las quieren llevar, pero también aterricen para que el viento de los cambios no las confunda y mantengan el vuelo y la vista hacia su destino, por difícil que sea el camino.
Porque no se puede regresar al vientre de la madre, pero si a los cimientos y raíces, no se debe pretender el volver a ser oruga, sino por el contrario crecer y experimentar la vida, sabiendo que no hay caminos de retorno, porque lo nuestro es pasar...
Ojalá, no pretendamos adelantar el reloj o peor aún atrasarlo, con el auto engaño de pensar que de esa forma nos espera un poco más la vida; ojalá más que pretender, el aparentar menos edad, nos ocupe más el vernos más felices. Que seamos como las mariposas que sin orgullo, ni egoísmo muestra toda su belleza y esplendor y cuando llega el momento, con dignidad siguen brillando con su propia luz, sin eclipsar la de los demás.
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#madurar
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