Como niños traviesos en el laberinto del subconsciente, corren alegremente los sueños, jugando, retozando, siendo felices y libres, gravitando en otra dimensión e ignorando las urgencias de la vida…se dejan caer como en un resbaladero, en el lavadero de la vida.
Dicen que los sueños son proyecciones de nuestras verdaderas pasiones y deseos en nuestra vida, dicen que son el termostato de nuestras emociones y por lo mismo en un proceso de sublimación, todo aquello que es reprimido cual rio desbordado, que no encuentran su cause. En los sueños el equilibrio es posible, las fuerzas antagónicas, se unen en una misma dirección. Allí la paz encuentra su Edén.
En los sueños los instintos básicos, son superados con creces, por propósitos mas elevados, que besan el cielo. En el lenguaje de los sueños las palabras son suspiros,, los gritos son gemidos de una harmonía inefable, que solo es comparable, con un coro de ángeles
Las luciérnagas azules, se transforman en luceros y los grillos mañaneros, acompañan con su serenata de violines, la danza de los cisnes que han tomado forma gracias a los sueños. En ellos se tienden puentes, donde el tiempo y la distancia han cavado barrancos. Por eso en el lenguaje de los sueños, muchas veces son un susurro de Dios a nuestros oídos, son la voz interna que acallamos con la cobardía e indecisión. Allí los nubarrones pintados por los temores, son borrados o coloreados por la esperanza y la fe, que no se resumen en una actitud optimista. ¡Ojala! El lenguaje y la voz de los sueños encuentren eco en nuestras vidas, quizás así dejemos de resignarnos y empezamos la lucha por nuestra felicidad, pues solo una vida, vivida a plenitud puede conducirnos a un final feliz.
Oxwell L’bu Copyright ©2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario