Como un peregrinó, buscó el camino, que me lleve de vuelta a donde salí... Sigo sus huellas, aún en la densa obscuridad, iluminado por la fe. Pero a veces no son sus huellas, son las proyecciones de mis propias ideas o aspiraciones.
Entonces me pregunto: Cómo reconocer sus huellas, en un camino plagado de muchas, que se parecen a las de Él? Como quisiera tener respuestas, pero voy por la vida con más interrogaciones, que afirmaciones, pero me mantiene firme la convicción, de que Él es fiel a su promesa.
Porque en esta vida, muchas veces la queremos resumir, en la búsqueda de la felicidad, cuando en verdad no sabemos qué es, lo que realmente nos hace felices. Vamos siempre queriendo tener más, comprando seguridades y garantías, sin comprender que son mera ilusión.
Por eso somos seres insaciables, porque nos creemos merecedores de más... Nunca nos es suficiente lo que tenemos, porque la soberbia nos hace compararnos con los demás y entonces dejamos de ser agradecidos. Filosofamos, damos consejos, buscamos aprobación y la ovación que alimente nuestro ego, y muy en el fondo la certeza de que vamos en el camino correcto. Pero cómo puede guiarnos, quien tampoco encuentra el camino.
Si somos infieles en lo poco, como podríamos ser fieles en lo mucho...Y esto, sin ser referido, a los vienes materiales, que al final solo son un préstamo que no pocas veces consumen nuestra vida y son causa de que perdamos nuestro propósito en la vida.
Yo por eso no soy guía y no sigo a los que creen serlo y sin caer en la soberbia, con humildad reconozco que más de las veces, que quisiera me he equivocado, el camino he errado. Pero Él en su infinito amor, me vuelve a mostrar el camino, el cual no tiene atajos, ni asimuts, ni líneas paralelas.
Seguiré sus huellas, con gratitud y en virtu, de que Él cuida mis pasos, sabiendo que cometeré nuevos errores, no por necedad, sino porque uno en su afán de querer hacer las cosas bien se equivoca. Me tomare de la mano de su gracias y le pediré el don de la gratitud, para recorrer lo que me falta, con alegría.
Pero voy buscando
un nuevo sol,
abrigándome al calor
de una ilusión,
constructor de sueños,
dicen que soy...Un loco.
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