“Un año que se pobló de ausencias”
Este ha sido un año, que se ha poblado de ausencias...Las olas del tiempo quizás podrán borrar las páginas escritas con lo que se ha vivido, pero no borraran las huellas de quienes han partido.
Porque ellos viven en nuestro corazón y si cuando los recordamos, brotan lágrimas, no son solo de tristeza, son también de profunda emoción, cuando evocamos lo sublime de lo vivido y compartido, sus risas, sus detalles y sobre todo ese regalo de su amistad.
Es que a mis amigos les adeudo, su grata compañía, el ser ese pizca de sal que le da sabor a la existencia, el haberme tenido paciencia, cuando ni yo mismo me entendía. A ellos les adeudó esa grata presencia en los momentos de alegría y en la tristeza su invaluable compañía.
No, no quiero redundar, pero tampoco puedo callar, porque mis recuerdos serían nada, si ellos no los hubieran acompañado. Este año de la pandemia, a mi como a muchos, nos tocó despedir, sin despedida, a amigos entrañables que partieron a la eternidad, solo han quedó los recuerdos de la última llamada, de su último mensaje o el último abrazo afectuoso y quizás es mejor así, porque cuando se quiere de verdad, en verdad nunca hay despedida...
A mis amigos en la distancia, los que comparten por este medio, a los que gravitan en mis recuerdos y a los que espero ver en la eternidad.
Oxwell L’bu copyrights 2020
#amistad
No hay comentarios:
Publicar un comentario