Aquel hombre aparentemente era tan popular, que casi nadie alcanzaba a notar su soledad…Soledad acompañada por una melancolía disfrazada que le calcinaba el alma…Porque la popularidad muchas veces es perversa, tiende murallas que impiden el acercamiento de las personas, creando barrancos que impiden esa intimidad jovial…Porque la popularidad es una ingrata que nunca amanece en la misma cama, pero siempre regresa cuando ve que alguien se acerca.
Oxwell L’bu copyright2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario