“Mi paso por la vida II”
Quizás la vida se encelo o se fastidio, de escuchar lo que le decían a mi madre de su retoño y el que al verlo las señoras y algunas señoritas lo querían abrazar y besar.
La vida ha sido amable con el susodicho, cuando era un bebé, a su madre le cumplió el capricho, de presumir a un bebé que parecía un muñequito… Pero creció y la cosa se jodio, dejo de ser un buen mozo, pero puso en su caminó a más de una que tenía miopía y guapo le veía… Le dio una inspiración, que convierte en versos cada latido de su corazón.
Y es que al susodicho aunque le falta guapura, le sobran los argumentos para enamorar, lo que sucede es que para que le salga lo atrevido, hay que darle un motivo y el altivo, empezará a hablar así que cuerda no le vayan a dar, porque sino lo tendrá que aguantar y de su locura se podría contagiar.
Van pasando los años y las fotos no engañan, no, no es que no sea fotogénico, es que las cámaras no hacen el favor y eso de usar filtros no me va, no vaya a ser que le de un infarto, cuando me conozca en persona o no me reconozca.
Pero dentro de lo malo de ir envejeciendo, es que a los que no hemos sido muy agraciados, no nos va dejando como desgraciados, pues hasta parece que mejoramos.
Lo cierto es que va cayendo la noche y en mi cama, así de repente y sin invitación se mete desnuda la soledad y me muestra esa verdad ineludible de la vida…Que el traje se va arrugando, mientras uno se va añejando.
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#vinoañejo
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