Es razonablemente lógico,
no se puede llenar una copa,
si esta llena...Pues de hacerlo
esta se rebalsará y nada se aprovechará.
De la misma forma, cómo puede llenarse
un corazón de amor o de otras cosas buenas,
si esta lleno de rencores, malos recuerdos,
sinsabores, resentimientos o de odios.
Cuando el amor llega a un corazón así,
el corazón se rebalsa y le es imposible llegar
a lo profundo, allí donde se guardan y atesoran
las cosas verdaderamente importantes y sublimes
de la vida.
Como el amor, puede sanar una herida,
que no cicatriza, porque cada vez,
que da la ocasión, esa herida se profundiza
en el corazón y hace sangrar y empieza a brotar,
una mezcla de dolor, odio y rencor.
Si aprendiéramos a vaciarnos,
si fuera tan fácil...
Pero no lo es, pero de no hacerlo
naufragaremos y seremos como
una barca a la deriva, a merced
del viento y las olas que la golpearan
hasta hundirla.
Pero si luchamos y vaciamos la copa
y confiamos en la providencia Divina,
esta será llenada con el mejor de los vinos,
ese que embriaga de gozo, que deja
un sabor sabroso en el paladar
y que nos lleva a expresar lo mejor
que vive en nosotros.
Oxwell L’bu copyrights 2019
no se puede llenar una copa,
si esta llena...Pues de hacerlo
esta se rebalsará y nada se aprovechará.
De la misma forma, cómo puede llenarse
un corazón de amor o de otras cosas buenas,
si esta lleno de rencores, malos recuerdos,
sinsabores, resentimientos o de odios.
Cuando el amor llega a un corazón así,
el corazón se rebalsa y le es imposible llegar
a lo profundo, allí donde se guardan y atesoran
las cosas verdaderamente importantes y sublimes
de la vida.
Como el amor, puede sanar una herida,
que no cicatriza, porque cada vez,
que da la ocasión, esa herida se profundiza
en el corazón y hace sangrar y empieza a brotar,
una mezcla de dolor, odio y rencor.
Si aprendiéramos a vaciarnos,
si fuera tan fácil...
Pero no lo es, pero de no hacerlo
naufragaremos y seremos como
una barca a la deriva, a merced
del viento y las olas que la golpearan
hasta hundirla.
Pero si luchamos y vaciamos la copa
y confiamos en la providencia Divina,
esta será llenada con el mejor de los vinos,
ese que embriaga de gozo, que deja
un sabor sabroso en el paladar
y que nos lleva a expresar lo mejor
que vive en nosotros.
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